El pasado 2 de Octubre se celebró el Día Internacional de la No Violencia y, con las últimas noticias que han azotado el panorama actual español, nos ha parecido propicio hacer mención a ello.
Hace unos días murió en Alcorcón un joven de 19 años a causa de lo que parece ser un enfrentamiento entre bandas. Esto, desgraciadamente, no es la primera vez que sucede en España, de hecho, a principios de este año, murieron dos jóvenes en Madrid por las mismas causas.
Además, resulta imposible pasar por alto la violencia política del conflicto entre Ucrania y Rusia: los miles de refugiado que buscan huir de la guerra, la violencia que se ejerce sobre aquellos que se niegan a participar, la presencia de redes de trata de personas y la violencia sexual que acompaña a todas estas barbaries.
Vivimos constantemente conectados a las últimas noticias así que, la realidad, la tenemos siempre delante de nuestros ojos, pero a veces es duro verla. La información que nos llega día a día nos deja entrever lo alarmante de los repuntes, pues se estima que cada año 1’6 millones de personas pierden la vida en un acto de violencia. Los más frecuentes son la violencia de género, la violencia racial, la violencia homofóbica y la violencia religiosa.
¿Qué pensarías si te digo que en 2017 el 50% de las muertes en mujeres de todo el mundo fue a causa de un acto violento propiciado por sus parejas o miembros de su familia según la ONU? La cosa no acaba aquí, y es que, no toda la violencia se traduce en muertes. Las víctimas son constantemente acosadas, violadas, insultadas, ridiculizadas y de más.
A causa de tales datos, en 2007, la ONU decretó este día en honor al tan conocido abogado y político Mahatma Gandhi, pionero de la filosofía de la no violencia, que se convirtió en el referente principal de los movimientos no violentos que luchan por los derechos de los seres humanos.
El propósito el Día Internacional de la No Violencia es concienciar a las personas y educar en el diálogo, la bondad y las ganas de lograr grandes cosas sin tener que recurrir a tales métodos. Seamos parte de este movimiento, hoy más que nunca.